jueves, 30 de agosto de 2012

Inhibición, síntoma y angustia. Hacia una clínica nodal de las Neurosis.


Libro: Inhibición, síntoma y angustia. Hacia una clínica nodal de las Neurosis.
Nieves Soria Dafunchio
Editorial Del Bucle, Buenos Aires, 2010

Capitulo 1.
Inhibición, síntoma y angustia

I. Introducción al territorio de las neurosis.

Se propone abordar el campo de las neurosis, basándose en el trípode freudiano de Inhibición, síntoma y angustia, que es retomado por Lacan desde la perspectiva de los tres registros, llevandolas a los distintos tipos de nudos borromeos en las neurosis.

Parte del texto de Freud y de la lectura que hace Lacan, fundamentalmente en el Seminario X, el Seminario de la Angustia y en el Seminario XXII, R.S.I.

El campo de la neurosis queda definido a partir del complejo de Edipo freudiano.

Parte de un primer tiempo en la enseñanza de Lacan, al que llama, el Lacan clásico, el de la lógica del significante y es el mismo que se apoya en los textos de Freud en donde transmite el descubrimiento del lenguaje y sus efectos en el inconsciente ("La psicopatología de la vida cotidiana", "El chiste y su relación con el inconsciente", "La interpretación de los sueños").

II. La clínica de la pregunta.

El primer Lacan va a abordar la estructura, neurótica o psicótica, bajo la modalidad de lo que se plasma en el Seminario III, como la "clínica de la pregunta". Esta lógica significante   constituye una clínica y el aparato conceptual que mejor explora la clínica de la pregunta es el grafo de la subversión del sujeto (Seminario V, y en el escrito "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo").

La primera versión del grafo, donde Lacan va a dar forma a la estructura de la interrogación por el deseo del Otro, la pregunta que anima al sujeto neurótico: Che vuoi?, ¿qué quieres?.


Lo primero, de este camino, para abordar la estructura neurótica en el nudo, es el grafo del deseo que despliega la estructura de la pregunta en el neurótico.

1. En la Psicosis, como lo plantea Lacan en el Seminario III, ubica: a) una pregunta, pero es una pregunta que se hace sin sujeto, o b) la otra posibilidad es que hay una respuesta antes de que se pueda plantear la pregunta. De acuerdo al grafo: la pregunta se aborta en el primer nivel, antes de que pueda ser planteada por el sujeto, (ya que la dimensión de la pregunta se abre recién en el piso superior del grafo), antes de que pueda plantearse se hace presente la respuesta en el plano imaginario, en el eje especular.

2. En la Neurosis, la pregunta llega a plantearse, pero no a desplegarse, ya que el sujeto recurre al cortocircuito del fantasma como respuesta en lugar de continuar con el recorrido que lo llevaría a la confrontación con el agujero.

3. Tercer trayecto. Es el que da la experiencia analítica, que lleva a la pregunta a desplegarse y a que el sujeto se confronte con este significante de la falta en el Otro, es decir, la castración, que implica una atravesamiento del plano fantasmático como nivel de repuesta a la pregunta.

En el grafo podemos ubicar en el primer nivel a la Psicosis, en el segundo a la Neurosis y finalmente en el circuito mas amplio, al análisis.

Es un aparato conceptual construido a partir de la lógica simbólica, de la lógica del significante, ya que la estructura mínima es la propia del significante, S1-S2, y es la complejizacion de esta estructura mínima la que lleva a ese despliegue en el grafo.

La pregunta por el deseo del Otro en la histeria es: ¿Qué quiere una mujer?, la pregunta por el ser femenino, por el ser de deseo femenino. En la N. Obsesiva (que Freud sitúa como una dialecto de la histeria, como una complejizacion de la pregunta sobre lo femenino), es sobre la muerte. 

No se puede distinguir ambas preguntas en el grafo, no se puede hacer una clínica diferencial con este.

La fobia parece ser un impasse de la pregunta, el sujeto fóbico es un sujeto a quien la angustia le impide plantear la pregunta, por eso Lacan va a definir la Fobia como una placa giratoria. Es mas un momento lógico de la estructura que una como tal. De acuerdo al grafo, en principio el sujeto fóbico atraviesa el primer nivel o piso del grafo, sale del campo de la psicosis, pero tiene dificultad para construir su fantasma.

Posteriormente, cuando Lacan abre su abordaje de la estructura a la concepción topológica, abre la estructura a los otros dos registros. El grafo del deseo, es fundamentalmente simbólico, es lógica del significante pura, es un intento de dar cuenta de los imaginario (primer nivel) y de lo real (ultimo nivel), desde lo simbólico.

III. El trípode freudiano.

Soria, lo considera un tratado sobre la angustia, que va a terminar siendo definida como angustia de castración, de modo que la estructura neurótica es una respuesta a esta angustia.

La inhibición y el síntoma van a ser abordados desde la perspectiva de la angustia. Freud plantea que la inhibición es una detención de todo movimiento, el despliegue mismo de la estructura, con la finalidad de evitar el desarrollo de la angustia, y que Lacan va a retomar en el cuadro del Seminario de la Angustia.

El síntoma va a ser el resultado del desarrollo de la angustia. La angustia funciona como señal de la castración, cuando está acotada en este funcionamiento, promueve la formación de síntoma, la cual podría llevar a desterrar totalmente la angustia. El ejemplo que da Freud de logro más radical del síntoma contra la angustia es el síntoma conversivo en la histeria.

Lo que diferencia al síntoma de la inhibición es este primer tiempo de desarrollo de  angustia, y luego, un segundo tiempo donde el síntoma viene a resolver, o intentar solucionar este problema que le plantea la angustia.

Sobre el concepto de angustia, señala que en el texto encontramos dos bifurcaciones, por un lado la angustia como señal de castración (que va a ser evitada en la inhibición y a la que se le va a dar un tratamiento en el síntoma). Y otra vertiente de angustia que no se limita a ser una señal, que deja de lado a los vasallajes del yo y la castración, la angustia pura. (Es un término que va a utilizar Lacan en el Seminario de la Angustia, para referirse al primer tiempo de la angustia de Juanito) aquí el sujeto está tomado, arrasado por la angustia. En estos casos el modo de ser del sujeto es la angustia, vivida como angustia de muerte.

* Preguntan en el seminario sobre el ataque de pánico, si aquí se presenta este tipo de angustia. Soria hace referencias sobre la angustia como pura angustia de muerte, perdiendo la relación con la castración, hay algo del narcisismo que se desarma, tampoco está localizada la función de la falta. Puede ser esta eventualmente la experiencia del ataque de pánico y de la neurosis traumática (el sujeto vuelve a vivir exactamente igual el momento del trauma, donde se pierde la función retroactiva que posibilita la función de la falta).

IV. La primera vuelta lacaniana

Lacan retoma el texto de Freud en varias ocasiones. La primera es en el Seminario de La Angustia. Hace la construcción de su esquema triadico.


La inhibición opera en el campo del movimiento, detener un funcionamiento. Freud: sujeto deja de hacer alguna función, tocar el piano, cocinar, etc.. Al final señala que la depresión y la melancolía son inhibiciones generalizadas. En esta vía (detención del movimiento) Lacan va a distinguir 2 escalones más: el impedimento y el embarazo. El primero tiene en común con la inhibición que se trata de algo que se detiene, pero se juega en el plano del síntoma, aquí hay un entrecruzamiento entre inhibición y síntoma. Lo mismo ocurre en el embarazo, con la significación para Lacan en español de la mujer que lleva un niño en su vientre, que en francés no lo encuentra en el término embarras que no se utiliza para el estado de embarazo de la mujer. El S que está embarazado, está un poquito angustiado, hay algo que no sabe muy bien qué hacer, está en una situación embarazosa.

Luego está el otro eje, del movimiento. En primer lugar Lacan ubica la emoción, en segundo lugar la turbación. La emoción va a estar en sintonía con el síntoma y la turbación, un fenómeno más angustioso. Posteriormente va a agregar el acting-out y el pasaje al acto.

Este es un esquema triadico, es un 3 al cuadrado que da 9, son 9 casilleros que abren un movimiento que no es binario, que no se reduce a la lógica del significante. Va a ir definiendo ciertos fenómenos de las neurosis, que no son abordables desde la estructura dualista.

V. Del dos al tres.

Este tres es el que va a ir llevando a Lacan al seminario 22, R.S.I., en el cual aborda la estructura como un nudo borromeo, tomando los 3 nombres freudianos, como las 3 nominaciones constitutivas del nudo. Lo imaginario que va a ser la inhibición, la nominación de lo simbólico que va a ser el síntoma y la nominación de lo real que va a ser la angustia.

Para trabajar el nudo borromeo, como tal, Soria propone trabajar un texto "Acerca de los nudos" de Fabian Schejtman, del libro Las dos clínicas de Lacan, Bs As, 2001, porque considera que hace una distinción, que en Lacan no queda clara, entre el nudo borromeo como nudo neurótico y el nudo no borromeo como el nudo de la psicosis.

En el seminario Lacan va a abordar la estructura del nudo como borromeo, pero como estructura de 3, no existe. Se trata de la estructura del ser hablante como una relación borromea entre 3 nominaciones: una imaginaria, una simbólica y una real, que esta siempre fallada, y es la particularidad que asume esa falla, así como la reparación de la misma, lo que va a dar cuenta de los distintos tipos clínicos.

La función de nominación en Lacan es la función de anudamiento, anuda los 3 registros, de ahí la importancia del Nombre del Padre en la primera enseñanza de Lacan.

IV. La segunda vuelta lacaniana.

En el planteamiento del nudo en R.S.I., Lacan va a tomar el texto de Freud nuevamente y va a decir que la nominación de lo imaginario es la inhibición, ya que detiene el funcionamiento simbólico de la estructura. En la cadena significante el sentido es imaginario, lo que detiene el desplazamiento metonímico. De ahí lo fundamental de la inhibición, lo imaginario detiene el despliegue de lo simbólico y permite cerrar el redondel, en relación a los otros dos. Es por esto que la primera operación que se realiza en la constitución del ser hablante es el narcisismo, una función imaginaria, la constitución del yo, que va a inhibir el caos originario del autoerotismo.

Segunda nominación, lo simbólico, que no es lo mismo que lo simbólico, Lacan va a decir justamente que es el Nombre del Padre. Función que hace que algo se despegue en el campo significante, la función del significante amo, del S1 que ordena, que media entre lo imaginario y lo real, que le pone un nombre a las cosas.

La nominación de lo real queda ubicada en ese momento angustioso en el cual algo surge de la nada, en el cual un agujero escupe un nombre. (referencia al seminario XXIII, donde Lacan utiliza la Biblia para hablar de los orígenes y de la constitución de la estructura y del  nudo del ser hablante. Adán y lo simbólico; Dios: Yo soy lo que soy; La teoría del Bing bang). La nominación de lo real es difícil de aprehender, no se puede abordar en términos imaginarios, ni simbólicos. Lacan dice, algo que pasa a ex-sistir algo que es arrojado fuera de ese agujero. Un nombre es escupido por ese agujero que es Dios, es arrojado a la ex-sistencia, es arrojado fuera, empieza a sostenerse afuera. Lacan sitúa la ex-sistencia en el registro de lo real, y al agujero en el registro de lo simbólico.

Entonces desde la perspectiva de Inhibición, síntoma y angustia, propone situar la nominación de lo simbólico en relación con la función de la castración, que localiza y media entre imaginario y real; y lo imaginario como consistencia, como lo que une. Cada una de las nominaciones (constitutivas del nudo) a su vez participan de cada uno de los registros, de modo que cada uno de estos tiene su consistencia, su agujero, y a su vez ex-siste a los otros dos. (por eso se puede hablar lo imaginario de lo real, lo simbólico de lo imaginario, etc.)

El nudo borromeo de tres no existe y entonces, o vienen otro tipo de anudamiento, o bien viene un cuarto a anudar a estos 3 que están sueltos. Desde el R.S.I. ese cuarto puede ser en si mismo imaginario, simbólico o real, dando lugar a las diferentes neurosis.

Propone Soria entonces, abordar a la histeria como una estructura borromea anudada simbólicamente, la neurosis obsesiva anudada imaginariamente y la fobia, anudada por el registro de lo real, es decir por la angustia, que no anuda mucho, dice, por eso no se capta como estructura. Y lo que plantea Lacan, es que ese cuarto nudo puede duplicar alguno de los tres registros, dando un distinto efecto a la estructura. Lo que permite trabajar en lo posterior la dirección de la cura y saber por donde entrar con la intervención analítica, pues los registros se presentan distintos cuando la estructura está nominada por la inhibición, por el síntoma o por la angustia.

Claudia Casali

lunes, 6 de agosto de 2012

De la psicoterapia de niños a la clínica con niños

"En el grafo, no cabe duda que para Lacan el síntoma se ubica en s (A), como un efecto de significado del Otro. Eso traduce, diremos, lo que Freud mismo llama der Sinn der Symptom: el síntoma es un efecto especial del significado del Otro. ¿Especial en qué? Aquí es donde se complican las cosas".
Jaques-Alain Miller.

En la psicoterapia  psicoanalítica existe una técnica que orienta el tratamiento,  que ofrece guía y un "saber hacer previsto", en donde el analista se dirige a descifrar el síntoma llenándolo de sentido. En el psicoanálisis no existe una técnica ,  el psicoanálisis es una Ética que implica el acto del analista, en donde éste se coloca en un lugar diferente al que lo hace el psicoterapeuta. Pero de esta diferencia los posibles analizantes no saben nada.
 Algunos llegan ya con previas experiencias  de "terapias"  en la mayoría de los casos con  experiencias  mencionadas como desfavorables ya que no encontraron la respuesta que esperaban o lo que les habían ofrecido, y en otros casos presionados por Otro ( el psicólogo o director escolar en el caso de los niños o los adolescentes  en donde los envían inclusive habiéndoles hecho firmar a los padres  cartas compromiso para que sus hijos puedan permanecer en la institución educativa en función de acceder a recibir tratamiento) .
Al llegar con un motivo de consulta se trate de un "padre, madre, niño, adolescente o adulto"  que son denominaciones sociales,  en el caso de los niños y los adolescentes los padres están presentes por lo menos en la primera entrevista debido a la edad de los hijos, y/o porque se considere importante desde el analista darles el espacio para escuchar más allá de lo que dicen. Ahora bien, al  psicoanálisis le interesa el sujeto del inconsciente, que se manifiesta en el ser hablante, más allá de su edad cronológica o denominación social. Sin embargo, en la elección del rasgo a trabajar en este Cartel: "Síntoma y fantasma", uno de los cuestionamientos que han surgido a través de lo que he expresado en nuestras reuniones, es el hecho de que la clínica con niños propia del psicoanálisis, no es desde el tener un "abc", sino que cada uno "padres o hijo" tienen su propio fantasma y desde ahí es que se escucha a cada uno  desde su singularidad.
 Un punto que me interesa  trabajar hoy, es el siguiente:  si en la práctica en la clínica cuando se recibe a un niño o adolescente frecuentemente se escucha también a los padres (en el caso por caso y especialmente en el caso de los niños) implica que el analista se cuestione si éticamente el  aceptar al "niño" en tratamiento  sin que los padres también lo estén cuando es necesario (práctica común en psicoterapia), o aceptando toda una serie de vicisitudes que demanda el entorno escolar y/o familiar,  está sostenido desde la ética que es propia del psicoanálisis, o se puede llegar  a caer en esos momentos en realizar psicoterapia, sobre todo en los psicoanalistas de orientación lacaniana principiantes.
Los padres llegan hablando de cómo algo "no funciona"  con su hijo,  en relación con la escuela, con la maestra,  con los amigos, etc. además de que hablen desde un lugar en el que no se sienten concernidos en lo que  le pasa a su hijo ni en lo que les pasa con su hijo, y  por lo tanto, si no se escucha analíticamente,  puede darse un acto precipitado desde el analista causando el  desencadenamiento de una huida  de un supuesto querer saber, y por lo tanto imposibilitando con ello el análisis con el niño,  lo cual puede fijar más aún el goce que los sostiene y con ello el que confirmen que es mejor "no saber nada".
En cuanto es importante favorecer la transferencia de un saber al analista, para que se pueda iniciar la entrada al análisis, se trata de un momento delicado en el que el actuar de este se vuelve  aún más importante. No para "que el niño permanezca en análisis"  y las cosas "funcionen bien" puesto que sabemos que no tenemos ninguna garantía que alguien permanezca en análisis, ni es nuestro interés que las cosas funcionen bien ; sino porque a través de su acto, pueda poner en juego la posibilidad de  pasar  de los síntomas a la creación de un síntoma analítico que favorezca que lo que "no cesa de no escribirse" ante la presencia de este encuentro se provoque un cuestionamiento en la posición del posible analizante, que lo pueda llevar a querer saber más allá de lo que le pasa...más allá de los síntoma(s), es decir, pasar del sentido al goce.
En otra de la reuniones que hemos tenido, surgió  la formulación de la siguiente pregunta:¿el niño es uno de los síntomas de los padres?, es desde ahí  que  el síntoma orienta desde la escucha analítica,  y/o también habría que preguntarse ¿si los padres son síntoma del niño?.
En la situación analítica, la escucha analítica con estos padres o madres  se tendría que ir dirigiendo a escuchar cómo es nominado el niño, la posición de éste frente al Otro,  y con ello el goce que existe en ambos y del cual estos no dan cuenta de ello y desde ahí orientar  el análisis.
¿Cómo se entendería el fantasma en la clínica con niños?, a partir de esta pregunta es dirigir la investigación de Freud a la enseñanza de Lacan.
Martha Eugenia Aguirre
Julio de 2012.